Romance
Romance, palabra de 6 letras cuya
definición directa es tan incompleta y vacía como se espera de un diccionario.
Desde su aplicación literaria, hasta su aceptación como “relación amorosa
pasajera”, el idioma con su aspecto liberador, impone en reglas y regulaciones
limites trágicamente aceptados. La expresión de cualquier palabra va más allá
de su definición, al igual que el invento de un científico va más allá de su
aplicación. La creatividad en ambos casos ocupa el papel principal,
protagonizando con altanería cualquier motivación.
Las expresiones artísticas, en mi
concepto, evocan todo aquello que hechos fríos y concretos nos impulsan a
olvidar. La Literatura representa una expresión artística primordial para el
ser humano, y me atrevería a exponerlo como el desahogo directo del corazón.
Si entonces podemos conseguir
desahogo en la literatura ¿Por qué las definiciones de sentimientos tan óptimos
y complejos, resultan tan unidimensionales? Ese sentimiento de entereza que nos
permitimos al admirar las estrellas, entierra dentro de sí mismo la sensación
de ser tan minúsculos en un universo tan enorme. Hace aparición la nostalgia y
la abrumadora belleza que existe a un lado de nosotros cada hora de cada día,
llenando nuestra mente de recuerdos y nuestros ojos de lágrimas, mientras que rápidamente
el momento empieza a formar parte del pasado, y tan fugazmente como llega se
va, dejando siempre rastro y huella de su existencia ¿No podríamos llamar a eso
romance?, ¿No es el romance la epifanía que revela el secreto de la felicidad
ante nuestros ojos? Condensa en poco tiempo todo lo que necesitamos, y cuando
desaparece deja tras de sí la estela del recuerdo.
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