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Robarle el alma

La vida del artista, del verdadero artista es una tormenta y una noche estrellada, es un paisaje visto en una foto enmarcada, es esa luna que jamás esta llena. Transmitir todo eso, y lo que es aún peor pretender ser entendido, buscar que se entienda, sin dejar de decir nada volviéndolo confuso, o contar de más y mostrarlo grotesco. Robarle el alma.  Es ser dios en un mundo de muchos habitantes contradictorios y una única voz que nunca habla con la fuerza suficiente, pero entrega en sus palabras el sentimiento necesario. 

Anemoi

            Con el bulevar casi vacío, con su pie repicando en el suelo, con su elegante ropa de oscuros colores, se encuentra esperando esa anhelada cita.             Tiempo antes lo habían intentado ya, justo como ahora, pero no había funcionado. Voltea a ver su muñeca, ya era bastante tarde, voltea a ver la otra mano y tiembla. Querer verla no era suficiente para quitar la confusión, aun se sentía temeroso, pero no dejaba de pensarla en cada noche, en cada día, en cada viento que soplaba entre sus negros cabellos.             Allí a los pies del Anemoi, allí donde el viento agitaba sus cabellos, levanto esa mano que lo hizo temblar momentos antes, la llevo a su cabeza; y con un estruendo que no inmuto a nadie en el desolado bulevar, se encontró de nuevo con ella. Solo que esta vez nadie los separaría.

La Comida de los Dioses Animales

"Zurubik" o "La comida de los dioses animales." A la hora prometida, todos arman su papel. Se descifran los misterios,  que nadie ha de saber. Se prepara la carnada, buena pinta tiene él; con un poco de temor suculento ha de saber. A cierta edad temprana, que jamás revelaré, empezamos nuestros juegos, alimentan su poder. Un toque de locura en sus mentes viene bien, anunciando servidumbre a nosotros, a su “rey”. El almuerzo está servido, devora todo querubín y en un coro de bostezos nos alienta tu perfil. Entre sueños y misterio el ritual es ejecutado; buen provecho a nosotros mala suerte al desgraciado. A esta ancestral costumbre “Zurubik” le llamamos. La carne, como ustedes “la siesta” lo ha nombrado. ¿Sabes lo que le convendría a todos nunca volver a tomar “la siesta”?

Anhelo

Es fácil, ridícula y absurdamente sencillo perder tus ojos en él. La vista no puede evitar recorrerlo y de igual forma tu mente no puede borrar lo que vio. Más que ser arrastrados tus ojos parecieran haber sido creados para observarlo, parecieran estar cumpliendo su misión, su instinto natural. “Instinto”, eso exactamente es lo que él despierta en ti, lo difícil es descifrar el instinto de ¿Qué? Era fácil enumerar los efectos que él puede producir en ti, y sin embargo el qué evocan exactamente no era una tarea tan sencilla. La silueta que dibujaba su espalda era lo único verdaderamente visible desde ese ángulo, esos hombros anchos con una curvatura que llamaba, te incitaba a recorrerla a mordiscos. Unas clavículas que si bien no puedes ver, sabes que estaban allí, que se alzaban, que se marcaban en su piel como si estuvieran hechas con un cincel, claras, nítidas. Con cada respiración parecían hacerte una invitación. Por otra parte su cuello era otra maravilla, ancho, definido, inh...

Romance

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Romance, palabra de 6 letras cuya definición directa es tan incompleta y vacía como se espera de un diccionario. Desde su aplicación literaria, hasta su aceptación como “relación amorosa pasajera”, el idioma con su aspecto liberador, impone en reglas y regulaciones limites trágicamente aceptados. La expresión de cualquier palabra va más allá de su definición, al igual que el invento de un científico va más allá de su aplicación. La creatividad en ambos casos ocupa el papel principal, protagonizando con altanería cualquier motivación. Las expresiones artísticas, en mi concepto, evocan todo aquello que hechos fríos y concretos nos impulsan a olvidar. La Literatura representa una expresión artística primordial para el ser humano, y me atrevería a exponerlo como el desahogo directo del corazón. Si entonces podemos conseguir desahogo en la literatura ¿Por qué las definiciones de sentimientos tan óptimos y complejos, resultan tan unidimensionales? Ese sentimiento de entereza que nos pe...

El verdadero vampiro

Detesto que la gente utilice la palabra "verdadero" como sinónimo de algo totalmente bueno, o de algo totalmente malo. Las historias que la gente considera "de la vida real", en su mayoría tratan temas dramáticos, o vidas exageradamente miserables. Si la historia es muy feliz, es tratado como fantasía o ficción. El mundo y la conciencia colectiva aun no asumen que lo que es verdadero tiene muchos matices. Una historia no es verdadera por ser dramática, justa, mala o bondadosa, una historia es verdadera por el simple hecho de que lo es, de que sucedió y de que no podemos hacer nada para remediarlo. La justicia y la injusticia, ambas existen y coexisten, una no debe calificarse como mejor que la otra, ni debe calificarse de buena o mala, eso lo hacemos por conveniencia. La justicia se imparte cuando nos hace bien, pero cuando nos perjudica lo llamamos injusticia. Ninguna es menos verdad que la anterior, simplemente somos los suficientemente egoístas como pa...

La Cabaña

El amanecer se alzaba con un color morado bastante oscuro que completaba la ambientación de esa mañana tan fría. Se escuchaba claramente la naturaleza que rodeaba la cabaña, el viento era demandante de atención, aun así otros pequeños sonido se colaban por la ventana. No había dormido nada en toda esa noche, la madrugada llego sin poder darse cuenta y esa luz que se colaba en la ventana era más triste que la expresión de su rostro, pero su tristeza era aún más profunda él lo sabía. La nostálgica luz inundaba de a poco la habitación, atravesaba al vidrio de la ventana entreabierta divinamente, y podía sentir la melancolía de esa luz a pesar de que la misma no podía alcanzarlo aun. Sus pupilas seguían el crecimiento de la ella, movimiento de una velocidad únicamente comparable con ver secarse la pintura. Algo hipnotizante había en esa luz, algo que lo hacía perderse en ella, quería que lo tocara, anhelaba el roce de esas blancas líneas, que como si de dedos se tratasen recorrían...