Robarle el alma
La vida del artista, del verdadero artista es una tormenta y una noche estrellada, es un paisaje visto en una foto enmarcada, es esa luna que jamás esta llena. Transmitir todo eso, y lo que es aún peor pretender ser entendido, buscar que se entienda, sin dejar de decir nada volviéndolo confuso, o contar de más y mostrarlo grotesco. Robarle el alma. Es ser dios en un mundo de muchos habitantes contradictorios y una única voz que nunca habla con la fuerza suficiente, pero entrega en sus palabras el sentimiento necesario.